martes, 9 de junio de 2015

La drogadicción, una enfermedad crónica del cerebro.

Introducción

Los avances de la tecnología médica han demostrado que el cerebro de una persona adicta a las drogas sufre cambios en su funcionamiento y estructura tal como sucede en otras enfermedades de los diferentes órganos del cuerpo. Por lo tanto la adicción ya no puede ser considerada solamente como una situación derivada de una falta de voluntad o una falla moral de la persona que la padece. En consecuencia, es posible implementar un tratamiento médico que ayude a estos pacientes.

Desarrollo

Según la Organización Mundial de la Salud las enfermedades crónicas son las enfermedades de larga duración y por lo general de progresión lenta.

En epidemiología se entienden como enfermedades crónicas aquellas enfermedades de alta prevalencia y no curables; y que tienen las siguientes características:

  • a.    presentan un proceso degenerativo de órganos y tejidos
  • b.    ser congénitas o hereditarias
  • c.    desarrollarse en periodos largos
  • d.    manifestarse en edades avanzadas, aunque también afecta a personas jóvenes entre 20 y 40 años 


Una definición más completa de adicción, pues toma en cuenta lo anterior, es la que propone la Dra. Nora D. Volkow, Directora del Instituto Nacional Sobre el Abuso de Drogas:

 “La adicción se define como una enfermedad crónica y recurrente del cerebro que se caracteriza por la búsqueda y el consumo compulsivo de drogas, a pesar de sus consecuencias nocivas. Se considera una enfermedad del cerebro porque las drogas modifican este órgano: su estructura y funcionamiento se ven afectados. Estos cambios en el cerebro pueden ser de larga duración, y pueden conducir a comportamientos peligrosos que se observan en las personas que abusan del consumo de drogas.” (Nora Volkow, 2014 p. 5).   

Como podemos ver, no sólo se trata de una compulsión por consumir las drogas, sino que existen cambios estructurales en la biología de la persona que la padece. 

Ya vimos porqué la adicción es una enfermedad crónica, ahora veamos cuáles son las modificaciones que sufre el cerebro de estos pacientes.

Las drogas pueden alterar áreas importantes del cerebro que son necesarias para funciones vitales y pueden fomentar el abuso compulsivo de drogas que caracteriza a la adicción. Las áreas del cerebro afectadas por el abuso de  drogas incluyen:

a.    el tallo cerebral: controla las funciones básicas vitales esenciales, como la frecuencia cardíaca, la respiración y el sueño.

b.    la corteza cerebral: Faculta nuestra capacidad de pensar, planificar, resolver problemas y tomar decisiones.

c.    el sistema límbico: que contiene el circuito de recompensas del cerebro. Vincula una serie de estructuras cerebrales que controlan y regulan nuestra capacidad de sentir placer. El sentir placer nos motiva a repetir comportamientos que son fundamentales para nuestra existencia.

Estos hallazgos demuestran cuán profundo y extenso es la afectación del órgano en cuestión pues abarca desde las funciones más primitivas (tallo cerebral) hasta las llamadas funciones mentales superiores (corteza cerebral).

Lo anterior podría explicar que, si bien es cierto, que en un inicio la mayoría de las personas deciden voluntariamente consumir las drogas, con el tiempo los cambios en el cerebro pueden afectar el autocontrol y la habilidad del usuario para tomar decisiones sensatas.

Ahora bien, existen una gran variedad de sustancias a las que pueden hacerse adictas las personas, pero en todas ellas existe una alteración común de la biología del cerebro que es independiente de la droga consumida:

“El objeto de la adicción puede variar, pero la respuesta conductual es similar, ya que todas estas adicciones provocan la misma reacción en la química del cerebro” (Guerrero Mothelet, 2013, p. 10).

La dopamina, es la principal sustancia química del cerebro que se encuentra alterada en los pacientes que desarrollan adicciones.

“La mayoría de las drogas interfieren con la actividad de un neurotransmisor llamado dopamina, que desempeña un papel fundamental en las sensaciones de placer” (Guerrero Mothelet, 2013, p. 11).

Esta alteración consiste básicamente en una disminución de la dopamina en el sistema nervioso. Esta falta de dopamina está dada principalmente por dos mecanismos como consecuencia del uso de drogas: a) disminución de su producción natural y b) disminución de la cantidad de receptores que captan la señal de esta sustancia.

La falta de esta sustancia natural hace que el adicto busque en la droga esa sensación de bienestar y placer. Esta disminución del neurotransmisor es progresiva y cada vez se necesita una mayor cantidad de la droga para suplir a la sustancia natural, llevando a lo que se denomina tolerancia y al síndrome de abstinencia cuando esta falta por completo.

Partiendo de la adicción como una enfermedad crónica, no todos los pacientes que estén expuestos a drogas la desarrollarán, pues se han identificados factores de riesgo que, como en las demás enfermedades estos  se conjuntan para que se haga manifiesta:

“Al igual que con cualquier otra enfermedad, la vulnerabilidad a la adicción varia de persona a persona, y no existe un solo factor que determine si una persona se volverá adicta a las drogas” (Nora Volkow, 2014 p. 7-8).

Al adoptar este concepto, es importante señalar que el hecho de considerar a la adicción como una enfermedad con una base orgánica, pudiera interpretarse, erróneamente, que basta con intervenir sobre el sistema bioquímico cerebral alterado, para lograr  su curación, es decir, brindar únicamente tratamiento farmacológico.

Se debe estar consciente, que el tratamiento médico con fármacos es sólo una  parte muy importante de una terapia integral:

“Por tanto, el tratamiento debe definirse según la persona, el tipo de sustancia, el ambiente en que vive y sus recursos, internos y externos. No se intenta resolver únicamente el problema bioquímico, sino considerar al individuo y su contexto: su familia y su lugar de trabajo. En definitiva, se requiere una terapia multidimensional que procure entrenar nuevamente un cerebro que aprendió algo totalmente anormal, pues la adicción, en última instancia, es una enfermedad de aprendizaje” (Guerrero Mothelet, 2013, p. 14).

Así pues, los avances en el conocimiento de la biología del cerebro y el desarrollo de psicofármacos más específicos para corregir las alteraciones del sistema nervioso, proporcionan una muy importante herramienta para un abordaje terapéutico más completo y libre de prejuicios de estos pacientes.

Conclusiones

La drogadicción no es un problema exclusivamente de tipo moral y de falta de voluntad. Pues los últimos avances científicos indican que el cerebro sufre una serie de cambios estructurales y funcionales como en otras enfermedades crónicas. Estos cambios están relacionados principalmente con la dopamina, principal neurotransmisor del cerebro. Al conocer el sustento biológico de la enfermedad es posible incorporar un tratamiento médico basado en evidencias dentro de los programas de rehabilitación.

Reflexión

Elegí este tema porque la drogadicción es un problema que a todos nos afecta, además de que sentía que me hacía falta una actualización del mismo, pues yo soy trabajador del área de la salud y es necesario estar al tanto de los avances en este campo, por lo que lo vi como una oportunidad.

Para empezar a escribir sobre él, partí del artículo que nos dan como ejemplo, lo leí, y se me hizo muy interesante el enfoque que  actualmente que se le está dando a este problema, por lo que me motivé a investigar más sobre este tema y vi que es posible acceder a mucha información sólida en internet.

Creo haber cumplido con el objetivo, pues el realizar este trabajo ha ampliado mi entendimiento del tema.



Bibliografía.   
  1. Organización Mundial de la Salud. Temas de salud. Enfermedades crónicas. Recuperado de: (http://www.who.int/topics/chronic_diseases/es/). Consultado: 07 06 15
  2. Sandoval Luna, H (2010). Impacto de las enfermedades crónicas en las poblaciones pensionadas. En: Colegio Nacional de Actuarios A.C. [versión online] Instituto Nacional de Salud Pública. Recuperado de: http://conac.org.mx/CASA_CONAC/Miercoles/DIA_1_2Impacto_de_las_enfermedades_cronicas_Hector_Sandoval.pdf.Consultado: 07/06/15
  3. Volkow, N (2014) Las drogas, el cerebro y el comportamiento. La ciencia de la adicción. En: Programa Internacional del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por sus siglas en inglés). 15-5605(S) [Versión online] centro de Institutos Nacionales de Salud (National Institutes of Health, NIH). Recuperado de: http://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/las-drogas-el-cerebro-y-el-comportamiento-la-ciencia-de-la-adiccion/la-adiccion-y-la-salud.pdf. Consultado: 07/06/15
  4. Guerrero Mothelet, V. (2013). El cerebro adicto. ¿Cómo ves?, N°. 177, (Pp. 10-14). México: UNAM. [Versión online] Recuperado de: http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/177/el-cerebro-adicto.pdf. Consultado: 08/06/15.

miércoles, 6 de mayo de 2015

¿Qué es ser un estudiante en línea?

¿Qué es ser un estudiante en línea?


Las escuelas virtuales, como un avance de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), tienen la ventaja de realizar nuestros estudios en el lugar que dispongamos: casa o trabajo. Pero esto a su vez constituye un  nuevo desafío para quien quiera convertirse en un estudiante en línea.

La educación abierta y a distancia ha tenido varias etapas previas:

1.       Enseñanza por correspondencia. Surge a finales del siglo XIX y principios del XX. Se utilizaba materiales impresos enviados por correo; se caracterizó por ser unilateral, el alumno estaba solo, sin apoyo.
2.       Enseñanza multimedia. Surge a partir  de 1960. Era por medio del teléfono, televisión y recursos audiovisuales. Para el aprendizaje contaba con un paquete instruccional y utilizaba material impreso, audiovisual y cada vez más material electrónico.
3.       Telemática. Surge a partir de 1970. Está ligada con el avance de las tecnologías de la comunicación y se caracterizó por la combinación de las telecomunicaciones con medios como el CD-ROM.
4.       Enseñanza colaborativa basada en internet. Surge a partir de 1990. Los recursos utilizados son enviados a través de la web. Y son de dos tipos: sincrónicos (chat, videoconferencia) y asincrónicos (correo electrónico, foros). El estudiante toma un papel activo y el docente es un guía y facilitador del aprendizaje.
Así pues, la enseñanza en línea no da lugar al papel pasivo del alumno, sino que es éste el generador activo de su propio conocimiento.
Características de un estudiante en línea.

·         Actitud proactiva. Dispone de un amplio margen de libertad y economía.
·         Compromiso con el propio aprendizaje. Responsable de su aprendizaje: generador y autogestor del mismo.
·          Conciencia de las actitudes, destrezas, habilidades y estrategias propias. Serán desarrolladas para aprender a aprender de acuerdo al ritmo y necesidades de cada quien.
·         Actitud para trabajar en entornos colaborativos. Con la educación en línea se tiene la oportunidad de interactuar con otras personas heterogéneas y  de diversos lugares, lo cual enriquece el conocimiento y desarrollo.
·         Metas propias. Proponerse metas más allá de lo que requiere la asignatura o el curso.    
·         Aprendizaje autónomo y Autogestivo. Debe desarrollar sus propias destrezas de acuerdo a sus necesidades y habilidades.
Retos de un estudiante en línea.
·         Aprendizaje autónomo y Autogestivo. Toda la responsabilidad recae sobre el estudiante.
·         Evita memorizar y repetir el conocimiento. La información es analizada, procesada, proyectada como un conocimiento propio.
·         Dejar atrás los entornos competitivos. El trabajo colaborativo enriquece y fortalece la habilidad de aprender a aprender.
·         Gestión y administración del tiempo. Elaborar una agenda que permita cumplir con todas sus actividades.
·         Destrezas comunicativas. Potencializar las habilidades de lectura y escritura.

Pero el desafío más grande de un estudiante en línea es convertirse en un alfabeta digital: “conocer cuando hay una necesidad de información; identificar las necesidades de la información; trabajar con diversas fuentes y códigos de información; saber manejar la sobrecarga de información y discriminar la calidad de las fuente de información; organizar la información; usar la información eficazmente; y saber comunicar la información encontrada a otros.”

Por último se deben mencionar algunos mitos relacionados con esta modalidad de estudio:

§  Es fácil y sencillo, solo hay que estar en la computadora y ya.
§  No hay que leer nada, basta con copiar y pegar la información que encuentre en la red.
§  Como no me conocen (físicamente), puedo dejar de estudiar en cualquier momento.
 
Pero con respecto al primer mito, tampoco es muy difícil y no se requiere ser un experto en tecnología. En sí, ser un estudiante en línea no es fácil ni difícil, basta con adquirir las características y los retos mencionados, los cuales pueden ser perfeccionados conforme se van poniendo en práctica.  

Fuentes de información 

Bautista, G., Borges, F., & Forés, A. (2006). Didáctica universitaria en Entornos Virtuales de Enseñanza-Aprendizaje. Madrid: Ediciones Narcea. Cabero Almenara, J., & Llorente Cejudo, M. (2008). La alfabetización digital de los alumnos.Competencias digitales para el siglo XXI. Revista portuguesa de pedagogía, 7-28. García Aretio, L. (2014). Bases, mediaciones y futuro de la EaD en la sociedad digital. Madrid: Editorial síntesis. Ortíz, J. R. (1998). La educación a distancia en el umbral del nuevo paradigma telemático. Recuperado el 19 de Agosto de 2014, de http://goo.gl/TNEVsb Palacios-Jiménez, N. M. (2005). Un panorama de la educación a distancia. Revista Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social, 461-463.