Hola. Bienvenidos a este Blog. Soy Francisco Castrejón, Aspirante a la Carrera de Nutrición de la UnADM. Este Blog tiene la finalidad de intercambiar información y trabajos con los demás compañeros que estudian mediante esta modalidad.
jueves, 11 de junio de 2015
martes, 9 de junio de 2015
La drogadicción, una enfermedad crónica del cerebro.
Introducción
Los avances de la tecnología
médica han demostrado que el cerebro de una persona adicta a las drogas sufre
cambios en su funcionamiento y estructura tal como sucede en otras enfermedades
de los diferentes órganos del cuerpo. Por lo tanto la adicción ya no puede ser
considerada solamente como una situación derivada de una falta de voluntad o
una falla moral de la persona que la padece. En consecuencia, es posible implementar
un tratamiento médico que ayude a estos pacientes.
Desarrollo
Según la Organización
Mundial de la Salud las enfermedades crónicas son las enfermedades de larga
duración y por lo general de progresión lenta.
En epidemiología se
entienden como enfermedades crónicas aquellas enfermedades de alta prevalencia
y no curables; y que tienen las siguientes características:
- a. presentan un proceso degenerativo de órganos y tejidos
- b. ser congénitas o hereditarias
- c. desarrollarse en periodos largos
- d. manifestarse en edades avanzadas, aunque también afecta a personas jóvenes entre 20 y 40 años
Una definición más completa
de adicción, pues toma en cuenta lo anterior, es la que propone la Dra. Nora D.
Volkow, Directora del Instituto Nacional Sobre el Abuso de Drogas:
“La adicción se define como una enfermedad
crónica y recurrente del cerebro que se caracteriza por la búsqueda y el
consumo compulsivo de drogas, a pesar de sus consecuencias nocivas. Se
considera una enfermedad del cerebro porque las drogas modifican este órgano:
su estructura y funcionamiento se ven afectados. Estos cambios en el cerebro
pueden ser de larga duración, y pueden conducir a comportamientos peligrosos
que se observan en las personas que abusan del consumo de drogas.” (Nora Volkow,
2014 p. 5).
Como podemos ver, no sólo se
trata de una compulsión por consumir las drogas, sino que existen cambios
estructurales en la biología de la persona que la padece.
Ya vimos porqué la adicción
es una enfermedad crónica, ahora veamos cuáles son las modificaciones que sufre
el cerebro de estos pacientes.
Las drogas pueden alterar
áreas importantes del cerebro que son necesarias para funciones vitales y pueden
fomentar el abuso compulsivo de drogas que caracteriza a la adicción. Las áreas
del cerebro afectadas por el abuso de
drogas incluyen:
a.
el tallo cerebral: controla las funciones
básicas vitales esenciales, como la frecuencia cardíaca, la respiración y el
sueño.
b.
la corteza cerebral: Faculta
nuestra capacidad de pensar, planificar, resolver problemas y tomar decisiones.
c.
el sistema límbico: que contiene el circuito
de recompensas del cerebro. Vincula una serie de estructuras
cerebrales que controlan y regulan nuestra capacidad de sentir placer. El
sentir placer nos motiva a repetir comportamientos que son fundamentales para
nuestra existencia.
Estos hallazgos demuestran
cuán profundo y extenso es la afectación del órgano en cuestión pues abarca
desde las funciones más primitivas (tallo cerebral) hasta las llamadas
funciones mentales superiores (corteza cerebral).
Lo anterior podría explicar
que, si bien es cierto, que en un inicio la mayoría de las personas deciden
voluntariamente consumir las drogas, con el tiempo los cambios en el cerebro pueden
afectar el autocontrol y la habilidad del usuario para tomar decisiones
sensatas.
Ahora bien, existen una gran
variedad de sustancias a las que pueden hacerse adictas las personas, pero en
todas ellas existe una alteración común de la biología del cerebro que es
independiente de la droga consumida:
“El
objeto de la adicción puede variar, pero la respuesta conductual es similar, ya
que todas estas adicciones provocan la misma reacción en la química del cerebro”
(Guerrero Mothelet, 2013, p. 10).
La dopamina, es la principal
sustancia química del cerebro que se encuentra alterada en los pacientes que
desarrollan adicciones.
“La
mayoría de las drogas interfieren con la actividad de un neurotransmisor
llamado dopamina, que desempeña un papel fundamental en las sensaciones de
placer” (Guerrero Mothelet, 2013, p. 11).
Esta alteración consiste
básicamente en una disminución de la dopamina en el sistema nervioso. Esta
falta de dopamina está dada principalmente por dos mecanismos como consecuencia
del uso de drogas: a) disminución de su producción natural y b) disminución
de la cantidad de receptores que captan la señal de esta sustancia.
La falta de esta sustancia
natural hace que el adicto busque en la droga esa sensación de bienestar y
placer. Esta disminución del neurotransmisor es progresiva y cada vez se
necesita una mayor cantidad de la droga para suplir a la sustancia natural,
llevando a lo que se denomina tolerancia y al síndrome de abstinencia cuando
esta falta por completo.
Partiendo de la adicción
como una enfermedad crónica, no todos los pacientes que estén expuestos a
drogas la desarrollarán, pues se han identificados factores de riesgo que, como
en las demás enfermedades estos se
conjuntan para que se haga manifiesta:
“Al
igual que con cualquier otra enfermedad, la vulnerabilidad a la adicción varia
de persona a persona, y no existe un solo factor que determine si una persona
se volverá adicta a las drogas” (Nora Volkow, 2014 p. 7-8).
Al adoptar este concepto, es
importante señalar que el hecho de considerar a la adicción como una enfermedad
con una base orgánica, pudiera interpretarse, erróneamente, que basta con
intervenir sobre el sistema bioquímico cerebral alterado, para lograr su curación, es decir, brindar únicamente
tratamiento farmacológico.
Se debe estar consciente,
que el tratamiento médico con fármacos es sólo una parte muy importante de una terapia integral:
“Por
tanto, el tratamiento debe definirse según la persona, el tipo de sustancia, el
ambiente en que vive y sus recursos, internos y externos. No se intenta
resolver únicamente el problema bioquímico, sino considerar al individuo y su
contexto: su familia y su lugar de trabajo. En definitiva, se requiere una
terapia multidimensional que procure entrenar nuevamente un cerebro que
aprendió algo totalmente anormal, pues la adicción, en última instancia, es una
enfermedad de aprendizaje” (Guerrero Mothelet, 2013, p. 14).
Así pues, los avances en el
conocimiento de la biología del cerebro y el desarrollo de psicofármacos más
específicos para corregir las alteraciones del sistema nervioso, proporcionan
una muy importante herramienta para un abordaje terapéutico más completo y
libre de prejuicios de estos pacientes.
Conclusiones
La drogadicción no es un
problema exclusivamente de tipo moral y de falta de voluntad. Pues los últimos avances
científicos indican que el cerebro sufre una serie de cambios estructurales y
funcionales como en otras enfermedades crónicas. Estos cambios están relacionados
principalmente con la dopamina, principal neurotransmisor del cerebro. Al conocer
el sustento biológico de la enfermedad es posible incorporar un tratamiento médico
basado en evidencias dentro de los programas de rehabilitación.
Reflexión
Elegí este tema porque la drogadicción
es un problema que a todos nos afecta, además de que sentía que me hacía falta
una actualización del mismo, pues yo soy trabajador del área de la salud y es
necesario estar al tanto de los avances en este campo, por lo que lo vi como
una oportunidad.
Para empezar a escribir
sobre él, partí del artículo que nos dan como ejemplo, lo leí, y se me hizo muy
interesante el enfoque que actualmente
que se le está dando a este problema, por lo que me motivé a investigar más
sobre este tema y vi que es posible acceder a mucha información sólida en
internet.
Creo haber cumplido con el objetivo,
pues el realizar este trabajo ha ampliado mi entendimiento del tema.
Bibliografía.
- Organización Mundial de la Salud. Temas de salud. Enfermedades crónicas. Recuperado de: (http://www.who.int/topics/chronic_diseases/es/). Consultado: 07 06 15
- Sandoval Luna, H (2010). Impacto de las enfermedades crónicas en las poblaciones pensionadas. En: Colegio Nacional de Actuarios A.C. [versión online] Instituto Nacional de Salud Pública. Recuperado de: http://conac.org.mx/CASA_CONAC/Miercoles/DIA_1_2Impacto_de_las_enfermedades_cronicas_Hector_Sandoval.pdf.Consultado: 07/06/15
- Volkow, N (2014) Las drogas, el cerebro y el comportamiento. La ciencia de la adicción. En: Programa Internacional del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por sus siglas en inglés). 15-5605(S) [Versión online] centro de Institutos Nacionales de Salud (National Institutes of Health, NIH). Recuperado de: http://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/las-drogas-el-cerebro-y-el-comportamiento-la-ciencia-de-la-adiccion/la-adiccion-y-la-salud.pdf. Consultado: 07/06/15
- Guerrero Mothelet, V. (2013). El cerebro adicto. ¿Cómo ves?, N°. 177, (Pp. 10-14). México: UNAM. [Versión online] Recuperado de: http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/177/el-cerebro-adicto.pdf. Consultado: 08/06/15.
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